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Mostrando entradas de mayo, 2018

No congeléis embriones

foto atarifa CC Ayer estuve con un grupo de profesionales liberales -arquitectos, abogados, ingenieros y gente así-, en el despacho de uno de ellos, para hablar de Iglesia y comunicación, en concreto de la técnica de la reformulación . Para ilustrar la idea de  la ampliación de la perspectiva, me acordé del caso de los embriones congelados . Hace años, al llegar el Partido Popular (PP) al poder en España, se propuso limitar el número de embriones en las técnicas de reproducción asistida in vitro . Entre otras polémicas, surgió la de los embriones sobrantes durante la aplicación de la ley aprobada por el Partido Socialista (PSOE), que preveía su congelación, sin más aclaraciones. Este problema existía -y existe- en otros países europeos, como Italia y estaba dando lugar a toda clase de propuestas : destruirlos, mantenerlos congelados, descongelarlos y dejar que muriesen, darlos en adopción. Interesado, busqué la opinión de la Iglesia católica al respecto, estudié la cuestión

Peregrino en Tierra Santa. Capítulo V. Monte de los Olivos. Caná. Nazareth

Foto MJN Nunca me había parado a pensar en la cantidad de cosas que sucedieron en el Monte de los Olivos . Por supuesto, ahí está el Huerto de Getsemaní , el lugar de la oración agónica de Jesús la víspera de su muerte. Pero también donde lloró por la ceguera, estupidez, superficialidad o como se quiera llamar del género humano, de cada uno, representado por la ciudad de Jerusalén; donde enseñó a los discípulos, que no sabían, a rezar: "Padre nuestro que estás en los Cielos..." . Tierra Santa se puede resumir en una palabra: "hic" , "aquí" : aquí nació, aquí lloró, aquí vivió, aquí rezó, aquí comió, aquí enseñó, aquí murió, aquí ya no está: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, sino que ha resucitado” , recoge Lucas que dijo el ángel a las dos Marías y a Salomé . Tengo delante la foto-plano de la Quassem Company -lo primero que te venden al llegar a Israel y cuya compra recomiendo-, que es como estar de nuevo

Peregrino en Tierra Santa. Capítulo IV. Jericó

foto atarifa CC Jericó . Pero antes algo sobre peregrinar en grupo. Tres patas tiene una peregrinación así. Los peregrinos, la experiencia religiosa y la experiencia viajera. El grupo con el que viajas es definitivo: puede ser agradable, desagradable o maravilloso. El mío era (es)... maravilloso. No voy a hablar de mis con-peregrinos, porque eso queda para nuestro grupo de Whatsapp y ya tenemos quien lo está haciendo estupendamente. Solo diré que iban dos sacerdotes y uno de ellos cumplía el lunes 30 un número redondo de años. Un grupo como este, con unos organizadores como los nuestros, no podía dejar pasar la ocasión: tarjetón firmado por todos, regalo, pastel con velas, pacharán, felicitaciones... No fue más que el comienzo, en poco menos de una semana celebramos por todo lo alto dos cumpleaños, un aniversario de boda, la renovación de compromisos matrimoniales, bautismales y sacerdotales... y un sorteo. Hasta los hubo que se quedaron a ver el partido de champions del Real Ma

Lo que he aprendido en un Colegio Mayor

Ahora que muchos futuros universitarios andan buscando alojamiento para el curso que viene y que se repite el ciclo de hablar de las novatadas, voy a contar algunas de las cosas que aprendí en un Colegio Mayor. Circunstancias que no son del caso me condujeron a trasladarme a vivir en un Colegio Mayor adscrito a la Universidad de Barcelona (UB), a pocas manzanas de mi casa. Nunca un traslado tan corto tuvo tantas repercusiones . Fue una decisión acertadísima que marcó mi vida; aunque entonces no era consciente, que agradezco cada día más. Lo que sigue son fundamentalmente hechos ; dejo las otras valoraciones, más personales, los intangibles de la convivencia y las responsabilidades, cosas así, y las vicisitudes de cada uno de estos hechos, para una conversación con quien quiera invitarme a unas cervezas. Cuando llegué me encargaron, junto con un veterano, de los colegiales adscritos , estudiantes que vivían en pisos alquilados por sus propietarias y que podían participar en todo

Peregrino en Tierra Santa. Capítulo III. Belén

Foto MJN Belén . Cuando has fantaseado con pasear por Belén - "Pero tú, Belén Efrata, aunque tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser dominador en Israel; sus orígenes son muy antiguos, de días remotos."  (Miqueas, 5, 1)- a la luz de la luna llena, como aquellos pastores de hace dos mil años, bajo el son de sus campanas, llegar a eso de las cuatro de la tarde e ir directamente a una cooperativa católica de souvenirs, te plancha todo el misterio. Dos experiencias previas me fueron preparando para lo prosaica que puede llegar a ser la realidad, si se empeña. El primer encuentro con el autoservicio de un hotel árabe preparado para grupos como bandadas de paso. Íbamos muy prevenidos sobre el agua y la carne, así que nos dedicamos a las ensaladas. Muy variadas, muy sabrosas, muy coloridas, algunas muy picantes -hubo que aprender rápido a distinguirlas-. Hice un curso de bufés con los siguientes aprendizajes: 1. Echa un vistazo antes a todo

Peregrino en Tierra Santa. Capítulo II. Ain Karim

Foto MJN Ain Karim . Lo que es no estar en lo que se hace. Y debería estar avisado: “Por aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea" . Lo narra Lucas y lo comprueban mis ojos; comenzamos a trepar por las montañas de Judea , ahora sembradas de edificios de la sempiterna y cansina piedra blanca, desproporcionadamente grandes para lo que estamos habituados en España en las faldas de los montes. "A las doce", un enorme hospital, colgado de modo inverosímil de la escarpada, orgullo de la sanidad israelí: "allí atendieron a mi padre -dice Ramzi , el guía-, y murió. Allí operaron a mi tío, y murió. Ahí estuvo interna mi tía, y murió". Viajar en un autobús de 54 plazas con 54 personas tiene, entre otras cosas, que donde caes el primer día, caes el resto de los días. Yo caí hacia el fondo, así que cada vez que el guía señalaba algo "a las doce", para mí no pasaba de ser una entelequia hasta que alguna curva piadosa lo

Peregrino en Tierra Santa. Capítulo I. El viaje de ida

foto atarifa CC He viajado muy poco y no tengo ese deseo tan extendido hoy de hacerlo. Me encantaría visitar sitios nuevos; pero no es algo que me obsesione. De hecho, cuando empezó a rondar a mi alrededor la idea de una peregrinación a Tierra Santa, sencillamente descarté la posibilidad, incluso puse sobre la mesa todas las pegas imaginables; pero el círculo se cerró sobre mí y me vi incluido en la lista a mi pesar. Siempre me ha ido bien en la vida cuando no he deseado nada y me he limitado a ir encontrándome con regalos. Cuando tenía 18 años decidí decir que sí a todos esos regalos, y las cosas no han podido ir mejor. Una prueba de que envejezco es que ahora había dicho que no. Desde que me apuntaron al viaje, el trabajo y otras cosas sirvieron de excusa para no pensar, mientras a mi alrededor cundía el entusiasmo. Una semana antes de partir, con todos los papeles en regla, eso sí, no tuve más remedio que empezar a ocuparme en la peregrinación. Me dejé impregnar un poco -muy