Siempre con un motivo cultural; España es inmejorable para salir a descansar a alguno de los mil maravillosos sitios que existen al alcance de la mano. Con todo, lo mejor son siempre las personas con las que vas o que te encuentras en el camino.
La visita a
Encinas Reales tiene muchas compensaciones; pero si vas de la mano de
Rafael Doblas, anticuario y decorador, y de su esposa, la experiencia es única e inigualable. Vistamos dos de los impresionantes Belenes que Rafael instaló por Navidad en la iglesia y la ermita de Encinas; pero lo increíble de verdad es su casa, un auténtico museo de antigüedades puesto con un gusto solo al alcance de unos pocos elegidos. Como muestra, estas dos fotos:
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Exterior. Con José Ángel y Rafael |
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Interior de una salita |
Aún así, nada como el largo rato de tertulia que mantuvimos en la salita de recibir, al amparo de una buena mesa camilla y algunas libaciones espirituosas.
Poco después tuve la fortuna de pasar unos días en el casco viejo de Baeza, Patrimonio de la Humanidad junto con Úbeda. Allí se ubica la "Casa del Gitano", dentro de la finca del palacio de El Rubín de Ceballos. Se va a rehabilitar esta casa, por lo que hice algunas fotografía de su estado anterior al comienzo de las obras.
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foto atarifa CC |
La siguiente salida fue a los
Cuarteles de Puente Genil, que ya va siendo en cierta medida una tradición, pues hace dos años fui por primera vez, y le he cogido afición. Como ya he señalado, el motivo principal es coincidir allí con
Antonio Luis, un verdadero humanista popular, impresor, músico de banda, rockero y anfitrión como pocos. Además, uno de mis compañeros de viaje,
Fernando, arquitecto, quedó con un compañero de Colegio Mayor,
Miguel Velasco, músico también, que actuaba con su coro en uno de los Cuarteles abiertos ese sábado de enero.
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Con Antonio Luis y Fernando |
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Con Fernando y Miguel |
La última excursión que voy a reseñar, para no cansar, ha sido este mismo mes de marzo a
Málaga. Cubrimos todos nuestros objetivos: paseo por el
Palmeral de las sorpresas, fritura mixta de pescado en
La Malagueta, paseo y café en el
Muelle 1 y visita al
Centre Pompidou -que, además, resultó ser gratis esa tarde. Todo salió a pedir de boca; ahora bien, para el Pompidou hay que estar preparado para todo, con la mente abierta al asombro y a otras formas de acercarse a la realidad de las habituales, a pesar de que la mayoría son trabajos del siglo pasado, un siglo que se adivina atormentado en sus creaciones artísticas, como así fue en gran medida.
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Con dos arquitectos: Ramón y Fernando.
Un mexicano, un vasco y un catalán disfrutando de Málaga |
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